¿Cómo alinear la mente con nuestro corazón? espíritu/ser superior

Herramientas para alinear la mente con nuestro corazón

¿Cómo podemos alinear nuestra mente con nuestro corazón, con nuestro espíritu? También llamado: ser superior, el yo soy. Aquí voy a usar los términos, corazón, espíritu y divinidad, te lo digo para que sepas que me refiero a lo mismo.

 

Nuestra mente normalmente está condicionada por nuestras vivencias, experiencias, por las creencias que hemos heredado de nuestros ancestros, por nuestra cultura, por la sociedad...

 

Entonces, lo normal es que nos hablemos y actuemos desde ese condicionamiento, que vivamos desde espacio. Por lo tanto nos decimos palabras o tenemos pensamientos basados, por ejemplo: en el miedo, porque queremos tener el control de las cosas, en la desvalorización: viéndonos como poco valiosas, no merecedoras, o basados en la percepción de que estamos desconectados de la totalidad: percibiéndonos como víctimas, creyendo que solo nos pasan “cosas malas” a nosotras, sin preguntarnos realmente cuál es la raíz de la situación, qué es lo que nos está queriendo mostrar, ya que estas situaciones están allí para ayudarnos a sacar nuestro verdadero potencial, a salir de nuestra zona de confort.

 

Cómo podemos ver, una mente condicionada, no está preparada para ayudarnos a tomar las mejores decisiones, porque no puede ver más allá de su condicionamiento, desconoce nuestra verdadera luz e identidad.

 

Yo creo que todos somos seres de luz, con un espíritu, un ser superior, y que hemos venido con un propósito en común, el de experimentar nuestra luz aquí en la tierra, a través de vivencias que solo podemos vivir en este plano físico, material.

 

Se podría decir, que esa luz, lo que somos, son las energías de la más alta vibración: como el amor, la abundancia, la alegría, la paz, la confianza, la compasión, la creatividad... todo lo más bello y expansivo.

 

Entonces para vivir está experiencia física, nuestro espíritu ha elegido un cuerpo físico, por eso es tan importante que amemos y aceptemos nuestro cuerpo, porque es perfecto, es justo el que necesitamos para cumplir nuestro propósito y misión, es el que hemos elegido.

 

Y también ha elegido un alma. Nuestra alma, que es la parte energética a través de la cual nuestro espíritu, encarna en el cuerpo humano. Este es un súper resumen de todo lo que pienso.

 A parte del propósito principal de nuestro espíritu, por así decirlo, también venimos a cumplir una o varias misiones, como, por ejemplo, estar al servicio de los demás, o ayudar a otros a hablar su verdad...

 

Todas estas misiones tienen como fin ayudarnos a autoexperimentarnos, a conocernos, a expandirnos, así como ayudarnos mutuamente, porque también es nuestro propósito reconocer que todos somos uno, que somos parte del todo y que nos necesitamos para vivir ciertas experiencias.

 

Estas pueden ser percibidas como bonitas o feas, pero recuerda que lo importante es tratar de ver más allá de ellas, de confiar en la vida y de tener mucha compasión por nosotras y por los demás cuando las estemos viviendo.

 

Entonces como nuestra mente desconoce el verdadero propósito de nuestra vida, no nos puede ayudar a tomar decisiones. No está capacitada para hacerlo. Si la observas te darás cuenta de que la mayoría de las veces te dice cosas basadas en el miedo y que va cambiando de parecer, una y otra la vez y buscando diferentes evidencias para demostrarte que esa es la verdad.

 

Y con esto no me refiero a que sea malo, tener diferentes maneras de pensar o cambiar tu forma de ver la vida. Sólo que no es bueno para nosotras tomar decisiones desde esa confusión, sin tener claridad, ni tener en cuenta nuestro verdadero potencial.

 

Tampoco quiero decir que la mente no sea importante, de hecho, es muy importante, la mente funciona como un gran procesador de información: nos ayuda a comparar, a analizar, a memorizar, a interpretar toda la información que recibimos a través de nuestros sentidos.

 

También, nos ayuda a reflexionar para aprender de nuestras experiencias, a investigar, a crear, a comunicar, es una verdadera maravilla, pero su función no es ayudarnos a tomar decisiones, sino a tomar consciencia para que podamos vivir una vida más consciente, para hacer las cosas con intención, y ayudarnos a dar los pasos para cumplir las decisiones que tomamos desde nuestro corazón, de nuestra luz.

Entonces, cuando empezamos a alinear nuestra mente con nuestro corazón, vamos a empezar a tomar decisiones más alineadas con nuestro verdadero propósito, a confiar más en la vida, a tener menos miedo, y a soltar más el control, porque vamos a confiar que las situaciones que vivimos son las que necesitamos experimentar para evolucionar.

 

Pero entonces ¿cómo podemos alinear nuestra mente con nuestro espíritu?

 

Lo primero es tratar de vivir una vida más consciente para ser testigos de lo que estoy pensando, de mis creencias, de la historia que me estoy contando, pero sin juzgar, con mucha compasión.

Para ver cómo me estoy percibiendo, que pienso de mí, si puedo reconocer mis dones, y desde que espacio estoy percibiendo la vida, si desde la abundancia o la carencia, desde el miedo o la confianza.

A la vez, que empezar a conectar más con nuestro corazón para comprender la relación que hay entre nuestro cuerpo, alma y espíritu. El yoga y la meditación son buenísimos para esto, pues nos ayudan a conectar con nuestra sabiduría interior.

También puedes usar la respiración para anclarte en el momento presente, para conectar con tu luz, puedes hacer ejercicios de respiraciones conscientes, pues esto nos ayuda a calmar la mente, a soltar tensiones y a llenarnos de energía.

Conectar con la naturaleza, caminar con los pies descalzos sobre ella. También eleva nuestras vibraciones, al igual que hacer cosas que traigan alegría, placer, belleza a nuestra vida. Además, nos ayudan a recordar nuestra verdadera luz, nuestra abundancia y así atraer todo lo que deseamos.

Básicamente, la idea es que vivamos presentes haciendo las cosas con amor y disfrute. Ya sea en nuestro trabajo, en el hogar, o en cualquier actividad que hagamos, porque en todo momento estamos cumpliendo nuestro propósito.

Entonces, cuando empezamos a comprender toda esta relación, entre cuerpo, alma y espíritu, vamos a poder elegir como actuar, si desde una mente condicionada: desde el sufrimiento, la rabia, la carencia, el control o desde nuestra luz, desde nuestro corazón, desde la compasión, desde el amor, y con amor, no me refiero al amor que puedes sentir hacia tu pareja, sino a un amor compasivo, que no controla, que va más allá, que confía en su luz, y en su divinidad. 

Una herramienta muy potente que nos puede ayudar a alinear nuestra mente, a conocer mejor nuestra energía, es el Diseño humano, pues nos ayuda a percibir nuestro potencial, a conectar más con nuestro instinto, ese saber interior que todos llevamos dentro, a ver qué es lo que nos limita, nuestra sombra, nuestra misión y todos los dones que tenemos para ofrecer al mundo.

Esta herramienta me encanta, a mí me ha ayudado muchísimo a conocerme mejor, a entender mi energía, a soltar un poquito el control, a tener más fe y a empezar a escuchar más mi intuición y por eso la uso en mis programas de coaching.

Otra manera muy fácil de saber si estamos actuado desde una mente alineada o no, es evaluar qué tipo de emociones estamos experimentando.

Quiero enseñarte este mapa de conciencia, que fue desarrollado por el psiquiatra, investigador, escritor:  David Hawkins, en su libro: El Poder Contra la Fuerza. En el que nos muestra claramente la vibración de las emociones y como están ligadas a nuestra manera de ver la vida.

Es súper interesante ver como las emociones tienen el poder de subir o bajar nuestros niveles energéticos. Vemos por ejemplo que la humillación es la emoción de más baja vibración y que cuando estamos en este estado percibimos la vida desde un punto de vista muy diferente a cuando experimentamos la dicha, pues vemos que todo es perfecto, porque estamos confiando en la vida.

 

Así que sería bueno tener esta tablita a mano para ayudarnos a ver en qué nivel vibratorio nos encontramos para poder tomar acción y subir nuestra vibración. Esto no quiere decir que unas emociones sean buenas y otras malas, aquí solo estamos hablando de su nivel vibratorio, porque ambas están aquí para ayudarnos a percibir las polaridades y así poder autoexperimentarnos, por ejemplo, necesitamos experimentar el miedo, para poder aprender a confiar, de la confusión para encontrar claridad, del rencor para encontrar el perdón y así...

 

Entonces, una mente alineada, tiene pensamientos, emociones, alineados a nuestra luz, al amor, confía que las experiencias que le presenta la vida son para ayudarle a autoexperimentarse y por ende entiende que necesita vivir ciertas situaciones.

Tiene la confianza de que todo está sucediendo según el plan divino y vive desde la confianza y el amor incondicional.

 

Siempre tenemos la opción de elegir ser esa luz, que ya somos, aunque esto no quiere decir que sea fácil, porque nuestra mente siempre nos está contando historias y porque no estamos tan acostumbrados a conectar con nuestro corazón, a ir hacia dentro, así que este un proceso que requiere tiempo y paciencia. Recuerda que este es el propósito que vinimos a cumplir durante toda nuestra vida.

 

Así que lo importante es tratar de mantenernos conscientes para ver más allá de las situaciones, para vigilar nuestras creencias, empezar a cambiar nuestros pensamientos por otros más amorosos, que nos ayuden a vernos a través de los ojos del amor y a tener más compasión por nosotras y por los demás.

Y desde allí, poco a poco, ir recordando e integrando esa luz a nuestras vidas.

Recuerda que todos nuestros pensamientos, palabras, son energía en movimiento, y que tienen una frecuencia que va a tener un impacto sobre nosotras, sobre nuestra vida, por eso es tan importante que elijamos muy bien nuestras palabras y pensamientos.

 

Deseo de corazón que esta información te sea útil y que brilles desde tu luz.

 

Te mando un fuerte abrazo de luz y amor.

Pauli

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